Origen de la Trinidad



EL ORIGEN DE LA TRINIDAD


Mucho antes de la fundación del cristianismo, la idea de la existencia de un dios trino o de un dios conformado por tres personas era una creencia común en las religiones antiguas. A pesar de que muchas de esas religiones tenían deidades menores, éstas claramente reconocían que había un dios supremo que consistía de tres personas o esencias. Los babilonios usaban un triángulo equilátero para representar a este dios trinitario que es ahora el símbolo de los creyentes modernos de la trinidad.[1]

La trinidad Hindú estaba conformada por los dioses Brahma, Vishnu y Shiva. El trío griego estaba compuesto por Zeus, Atenas y Apolo. Los paganos decían que estos tres "concordaban como uno". Uno de los templos paganos más grandes construidos por los romanos fue hecho en Baalbek (situado en lo que hoy es el Líbano) para adorar a la trinidad de Júpiter, Mercurio y Venus. En babilonia, el planeta Venus era venerado como especial en la trinidad consistente de Venus, la luna y el sol. Este trío se convirtió en la santa trinidad babilónica en el siglo 14 antes de Cristo.

No sólo las religiones no cristianas creían en un dios trino, sino que también las culturas antiguas aceptaban esta idea; culturas como la babilónica, egipcia, fenicia, griega, india, china, japonesa, islándica, siberiana y otras. El hecho de que el concepto de la trinidad no era sólo parte de las religiones sino que incluso se había colado en la cultura de las antiguas naciones dominantes, demuestra lo profundamente enraizada que estaba esta noción en el pensamiento humano.

A pesar de que otras religiones adoraron a un dios trino por miles de años antes de que Cristo naciera, la trinidad no era parte del dogma cristiano ni de los documentos formales de los primeros tres siglos después de Cristo. Ciertamente, durante este periodo, los líderes de la Iglesia hablaban del Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero nunca refiriéndose a ellos como co-iguales, como una esencia numérica o como tres en uno hasta cerca del año 200 a.D. De hecho, era todo lo contrario. Ellos se referían al Padre como el ser supremo, el verdadero y único Dios, sin principio, invisible, no engendrado, y como tal, inmutable; y hablaban del Hijo como un ser inferior y como una persona real, con un comienzo, visible, engendrado y mutable. [2] El hecho de que no existiera una doctrina formal de la trinidad establecida hasta el siglo cuarto es un suceso histórico completamente documentado. La historia de los primeros tres siglos de la Iglesia, concernientes a la trinidad, puede ser resumida de mejor manera en el párrafo concluyente del libro "La Iglesia de los Primeros Tres Siglos" escrito por Alvan Lamson.[3]

La doctrina moderna de la Trinidad no se encuentra en ningún documento o vestigio pertenecientes a la iglesia de los primeros tres siglos. Hasta donde han sido preservados cualquier remanente o registro de cartas, arte, usanza, teología, adoración, credo, himno, cántico, doxología, atribución, rito conmemorativo o ceremonia festiva, provenientes de las primeras épocas, con respecto a esta doctrina se encuentran completamente en blanco. Estos confirman, hasta donde pueden hacerlo, la supremacía del Padre, único y verdadero Dios; y la naturaleza inferior y derivada del Hijo. En ninguna parte de estos restos se encuentra una trinidad co-igual. La cruz está allí; Cristo está allí como El Buen Pastor, la mano del Padre colocando una corona o una corona de laureles en su cabeza. Pero no existe un trío indivisible- co-igual, infinito, existente por sí solo y eterno. Ésta era una noción que no había llegado para la fecha. Se originó más tarde.

Incluso una fuente tan conservadora como la Nueva Enciclopedia Católica afirma que el trinitarismo se volvió parte de la doctrina cristiana en el siglo cuarto, no en el primero.

En la segunda mitad del siglo 20 es difícil dar cuentas de manera clara, objetiva y directa de la revolución, evolución doctrinal y elaboración teológica del misterio de la Trinidad. Hay...historiadores del dogma y teólogos sistemáticos que admiten que cuando uno habla de un trinitarismo no oficial, se ha trasladado del periodo de los orígenes cristianos a, digamos, el último cuadrante del siglo cuatro. Fue sólo en esa época que lo que pudiera ser llamado el dogma definitivo del trinitarismo, "un Dios en tres Personas", se asimiló ampliamente dentro de la vida y pensamiento cristianos.

...la fórmula dogmática "un Dios en tres Personas"...fue el producto de tres siglos de desarrollo doctrinal.

Sin embargo, hay evidencias de conceptos trinitarios que fueron introducidos por cristianos convertidos del paganismo posiblemente a partir de la última parte del primer siglo. La incorporación gradual de ideologías paganas a la doctrina y práctica cristianas se efectuó por medio de la interacción de cuatro componentes históricos:

1. Los primeros apóstoles, quienes habían sido firmes en su conocimiento y aplicación de la Palabra de Dios, habían muerto. Su constancia para con la Palabra respirada por Dios ya no era un ejemplo viviente para los seguidores.

2. La esperanza del "rápido" retorno de Jesucristo se hundía en las mentes de muchos cristianos mientras pasaba el tiempo.

3. Muchos paganos convertidos al cristianismo todavía se adherían a algunas de sus creencias y prácticas anteriores. De esta manera, la doctrina cristiana pura del primer siglo se corrompió rápidamente.

4. Debido a los tres elementos anteriores mucha gente comenzó a prever un reavivamiento o una nueva administración para reemplazar a la vieja.[4]

Incluso mientras Pablo estaba vivo y cumpliendo su ministerio, el evangelio puro que él predicaba estaba contaminándose por aquellos que querían modificar la Palabra de Dios para su propia conveniencia. Nótese que la caída de la iglesia cristiana comenzó a tener lugar poco después de la mitad del primer siglo, hacia el final del ministerio de Pablo.

2 Timoteo 1:15

Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.

2 Timoteo 4:10

Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.

Ya para la última mitad del primer siglo, dos grandes sectas, a parte de las que ya se adherían a la revelación dada a los primeros apóstoles, habían incursionado dentro del cristianismo. Primero estaban los ebionitas, quienes eran cristianos judaizados y que importunaron a Pablo en su intento por mantener a los creyentes cristianos bajo la ley y la sujeción al Antiguo Testamento.[5] Mientras algunos de ellos sí creían que Jesús era un hombre nacido por concepción divina, otros relegaron a Jesús a ser tan sólo el hijo de José y María.

Luego estaban los Gnósticos. Esta secta tenía sus raíces en la filosofía griega y en ideas religiosas. Ellos creían que Jesús era una deidad, que su cuerpo físico era o sólo una apariencia o algo que pidió prestado temporalmente.[6]

El apóstol Juan, de acuerdo a fuentes seculares, fue el único apóstol que vivió hasta casi el final del primer siglo, tiempo durante el cual fueron escritas sus contribuciones al Nuevo Testamento. El Dios verdadero hizo que se escribiera el evangelio de Juan para aclarar la posición de Cristo como el Hijo de Dios y el hijo del hombre (tema que será discutido en el Capítulo III) ya que las sectas como los ebionitas y los gnósticos estaban esparciendo falsas doctrinas acerca de la posición de Cristo. El Evangelio de Juan establece la verdad de la Palabra de Dios con respecto a Jesucristo como el Hijo de Dios, no "Dios el Hijo" o "Dios en persona".

Con el surgimiento de diferentes sectas, la verdad de la Palabra de Dios se vio infiltrada por la idolatría y por teorías idólatras. Los cristianos gradualmente aceptaron los elementos ajenos que fueron introducidos en su enseñanza ya que no se les estaba enseñando la Palabra de Dios correctamente dividida.

Para ver que tan rápido algunos elementos ajenos se introdujeron al cristianismo, observemos el comienzo del Capítulo 7 de "La Didache" (Didajé), un tratado cristiano anónimo de finales del siglo uno o principios del siglo dos. Este ejemplo de doctrina modificada fue escrito en algún momento entre 80 a.D. y 120 a.D.

Y referente al bautismo, bautiza de este modo: habiendo recitado estos preceptos, bautiza en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua viva. Pero si no tienes agua corriendo, bautiza en otra agua, y si no puedes bautizar en agua fría, hazlo con agua tibia. Pero si no tienes ninguna, echa agua tres veces sobre la cabeza, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Y antes del bautismo, el bautizado y el que bautiza debe ayunar previamente, y todos los que puedan. Tú le ordenarás al que esta bautizando que ayune uno o dos días antes.[7]

Probablemente esta práctica bautismal se introdujo de inmediato en el mismo 80 a. D. Las prácticas de bautismo con agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo reemplazaron el bautismo en el nombre de Jesucristo.

Evidentemente existen dos escrituras que en nuestras versiones modernas de la Biblia contienen la fórmula trinitaria. Una de estas dos se encuentra en 1 Juan 5:

1 Juan 5:6-8

6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.

7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.

Estos versículos contienen palabras que no aparecen en ninguno de los primeros manuscritos. Las palabras añadidas comienzan en el versículo 7 "en el cielo" y terminan en "en la tierra", en el versículo 8. Estas palabras se encuentran sólo en cuatro manuscritos griegos previos al siglo dieciséis y estos contienen el pasaje en lo que parece ser una traducción de una última revisión de la Vulgata Latina.[8] Aparecidas primero en las copias latinas, las palabras añadidas se colaron en los textos en inglés.[9] Todos los primeros manuscritos decían:

Porque tres son los que dan testimonio: el espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres concuerdan.

Incluir más palabras fue un intento de algún escriba o escribas de corromper el texto original con la teología propuesta por Ireneo (siglo II), Tertuliano (a principios del siglo III; el primer escritor conocido que usó la palabra trinidad para describir Padre, Hijo y Espíritu Santo); y Cipriano (siglo II), Jerónimo (siglo V) y Agustín (siglo V).

Ya que la corrupción de Juan 5:7 y 8 todavía no había ocurrido en el siglo cuarto, los promotores del trinitarismo y los seguidores de la fórmula del bautismo trinitario previos al siglo cuarto sólo tenían una escritura sobre la cual basar su nueva teología, y esa era Mateo 28:19:

Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Este versículo aparece en todos los manuscritos de después del siglo cuarto, época para la cual el trinitarismo ya se había convertido en parte de la doctrina y escritura formales. No habría sido difícil para los escribas insertar "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" en lugar de "en mi nombre". Esto debe haber sido lo que sucedió, porque los manuscritos que Eusebio (que murió en el 340 a.D) citó en la primera parte del siglo cuarto no podrían haber usado las palabras trinitarias. Eusebio citó Mateo 28:19 dieciocho veces sin utilizarlas ni una sola vez. En vez de eso, él escribió "...haced discípulos a todas las naciones en mi nombre". Hay sólo dos manuscritos existentes que provienen de siglo cuarto que contienen Mateo 28:19 y no existe ninguna que provenga de siglos previos a ese. En el siglo cuarto, el Emperador Constantino le pidió a Eusebio que le hiciera 50 copias del Nuevo Testamento en fino pergamino. Hoy en día, ninguna ha podido ser hallada-lo más probable es que hayan sido enmendadas, mutiladas, destruidas o que se hayan extraviado.

Las dieciocho veces que Eusebio citó el pasaje correctamente se encuentran en sus escritos previos al Concilio de Nicea, donde se discutió principalmente el tema de la persona de Cristo. Después del Consejo, Eusebio lo citó tres veces usando la fórmula trinitaria, lo que demuestra el impacto político religioso de la Decisión Nicena.

Justino Mártir, el cristiano que escribió en la mitad del siglo dos, nunca citó "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo"; tampoco lo hizo Áfrates de Nisibis empezando el cuarto siglo. Esto demuestra que Justino y afrates debieron haber tenido manuscritos más antiguos que los que ahora están en existencia.

Además, en lo que al bautismo con agua se refiere, no existe registro en el Nuevo Testamento de que la iglesia del primer siglo alguna vez cumpliera la orden del bautismo trinitario. Siempre bautizaban en el nombre de Jesucristo. [10]

Hechos 2:38

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hechos 8:16

Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

Hechos 10:48

Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces rogaron que se quedase por algunos días.

Hechos 19:5

Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesucristo.

Es comprensible cómo los primeros escribas pudieron cambiar las palabras "en mi nombre" por "en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo" en los manuscritos existentes, ya que la figura de Dios se estaba volviendo de naturaleza trina en su ambiente religioso.

Dados los problemas doctrinales como el bautismo, partidos reaccionarios y reformadores se organizaron para disolver la confusión. Pero la persecución o la amenaza de persecución de los cristianos bajo las órdenes de los emperadores romanos Nerón (59-68 a.D) Domiciano (81-96 a.D), Trajano (98-117 a.D) y otros, simplemente causaron más disensión en el cuerpo cristiano.

Durante la persecución del siglo dos, un pequeño grupo de intelectuales cristianos, de entre los cuales los más prominentes eran Arístides y Justino Mártir, escribieron disertaciones a los emperadores y otras personas notables para defender el evangelio, detener la persecución y responder a los cargos contra la Iglesia Cristiana. Estas disertaciones, llamadas Apologías, eran en realidad compromisos entre el cristianismo y el paganismo. Dado el impacto que tuvieron las Apologías, los conceptos del dios trino sumados a María como la madre de Dios y símbolo pagano, echaron raíces y comenzaron a crecer en discusión y escritura.

Los intentos del gobierno romano por reprimir a la iglesia inicial terminaron cuando Constantino, el emperador romano, adquirió poder después de su victoria en el Puente Milviano en el año 312 a.D. Después de que Constantino se convirtió al cristianismo, publicó un edicto en Milán que otorgaba a los cristianos los mismos derechos poseídos por los seguidores de otras religiones, así como también la retribución por los daños causados a los cristianos[11]. Constantino pronto comenzó a otorgar favores, lo que hizo que la conversión al cristianismo fuese un pase para el ascenso político, militar y social. De esta manera, miles de no- cristianos comenzaron a unirse a la iglesia para conseguir favores políticos. A cambio de otorgar favores y actuar con indulgencia, Constantino insistió en hacer oír su voz en los asuntos de la iglesia.

Fue en la cima del poder de Constantino, empezando el siglo cuarto, que la idea de que Jesucristo era co-igual con Dios el Padre comenzó a ganar una amplia base de apoyo. Sin embargo, en este punto el trinitarismo todavía no era una doctrina establecida. La idea de un Dios trino causaba gran controversia dentro de la iglesia mientras todavía había muchos clérigos y seglares que no aceptaban la posición de Cristo como Dios.

El desacuerdo acerca de la posición de Cristo alcanzó su nivel más notorio en la confrontación entre el Obispo Alejandro de Alejandría, Egipto, y su prebístero, Arrio. El Obispo Alejandro enseñaba que Jesús era co- igual con Dios; Arrio no. Entonces, en un sínodo[12] sostenido en Alejandría en el año 321, Arrio fue depuesto y excomulgado.[13] Arrio, a pesar de que ahora no gozaba del favor de la institución, todavía tenía mucho apoyo fuera de Egipto. Muchos de los obispos importantes, tales como el conocido historiador Eusebio de la Cesarea Palestina y su poderoso tocayo, Eusebio Obispo de Nicomedia, teológicamente estaban de acuerdo con Arrio: Jesucristo no era Dios.[14]

Constantino, perturbado por la controversia sostenida en su imperio, envió a Alejandría a su consejero eclesiástico, Osio, Obispo de Córdoba, en una misión de reconciliación e indagación.[15] Luego de visitar Alejandría, Osio unió fuerzas con Alejandro en contra de Arrio. Osio regresó a Roma y allá persuadió a Constantino para que apoyara la posición de Alejandro.[16]

Para legalizar su posición, Constantino invitó a todos los obispos de la iglesia cristina a Nicea (que ahora queda en Asia Menor) en mayo del año 325 a.D. así, el Concilio de Nicea comenzó su objetivo principal, el cual era poner fin a la disputa acerca de la relación entre Dios y su Hijo.

Constantino, que controlaba los procedimientos, uso su poder político para inferir a los políticos para que aceptaran su posición teológica. El credo que firmaron era evidentemente anti- arriano; en otras palabras, el Credo de Nicea apoyaba al Hijo como co- igual con Dios. Doscientos dieciocho de los obispos firmaron este credo, a pesar de que realmente fue trabajo de una minoría[17].

La Enciclopedia Británica resume los procedimientos del Concilio de Nicea a continuación:

El Concilio de Nicea se reunió el 20 de mayo del año 325. Constantino en persona lo presidió, guiando activamente la discusión y proponiendo personalmente (incitado sin duda por Osio) la fórmula crucial que expresaba la relación de Cristo con Dios en el credo emitido por el concilio "consubstancial al Padre". Intimidados por el emperador, los obispos, a excepción de dos, firmaron el credo, muchos de ellos en contra de su inclinación. [18]

A pesar de que el Credo de Nicea había sido aceptado por el concilio de obispos, todavía permanecía gran disensión entre muchos del clero acerca de la deidad de Jesucristo. Así que, en el año 381 a.D., un segundo concilio ecuménico se reunió en Constantinopla.[19] Este concilio adoptó el Credo Niceno, el cual establecía que Jesús y Dios eran co- iguales y co- eternos; también declaraba la deidad del Espíritu Santo. La doctrina de la Trinidad fue así establecida por completo, convirtiéndose de esta manera en la piedra angular de la fe cristiana durante los próximos quince siglos.[20]

Evidentemente, los historiadores del dogma de la iglesia y los teólogos sistemáticos asentían que la idea de una trinidad cristiana no era parte de la iglesia del primer siglo. Los doce apóstoles nunca se suscribieron a ello. Entonces, ¿cómo apareció una doctrina de la trinidad? Evolucionó gradualmente y tuvo su auge en la última parte del primer siglo, en el segundo y en el tercero, cuando los paganos que se habían convertido, trajeron al cristianismo algunas de sus creencias y prácticas paganas. La doctrina que explícitamente establece que Jesucristo es Dios fue confirmada en Nicea, en el año 325 por los obispos de la iglesia por conveniencia política. Se necesitó su reafirmación más tarde y se recibió en Constantinopla en el año 381 cuando también se estableció la deidad del Espíritu Santo. Desde esa época, la doctrina del "Dios Trino" se ha adherido como si fuera revelación divina. Los siguientes capítulos de este libro demostrarán que no lo es.


[1] Alexander Bishop, The Two Babylons (Las Dos Babilonias) (Nueva York: Loizeaux Brothers, 1959), p.16.

[2] Alvan Lamson, The Church of the First Three Centuries (La Iglesia de los Primeros Tres Siglos) (Boston: Walter Fuller y Cia., 1986), p. 75, 97, 98.

[3] Ibid., p. 396.

[4] Charles Hase, Una Historia de la Iglesia Cristiana (Nueva Cork: D. Appleton y Cia., 1986), p. 53-71

[5] Hechos 21:20: "Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley."

[6] Hase, Una Historia de la Iglesia Cristiana, p. 53-71

[7] En inglés: Harry Rimmer, Crying Stones (Piedras que lloran) (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1946), p.99. La versión en español fue tomada, luego de revisada, de la siguiente dirección electrónica: https://neorural.wordpress.com/la-didache/

[8] Bruce M. Metzger, A Textual Commentary to the Greek New Testament (Comentario Textual del Nuevo Testamento en Griego) (New York: United Bible Societies, 1971), p. 716-717.

[9] The Companion Bible (London: The Lamp Press Ltd.), p. 1876.

[10]Ver "Bautismo" en el libro de Victor Paul Wierwille La Biblia Me Lo Dice (New Knoxville, Ohio: American Christian Press, 1971)

[11] Williston Walter, A History of the Christian Church (Una Historia de la Iglesia Cristina), rev. ed. (New York: Charles Scribner's Sons, 1959), p.101.

[12] NT: sínodo. (Del lat. sinŏdus, y este del gr. σύνοδος). m. Concilio de los obispos. Fuente: Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation.

[13] Hase, A History of the Christian Church (Una Historia de la Iglesia Cristiana), p. 111

[14] Henry Chadwick, The Early Church (La Primera Iglesia) (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1968), p. 129.

[15] Ibid.

[16] Ibid., p. 130.

[17] Henry Bettenson, ed., Documents of the Christian Church, 2nd. ed. (London: Oxford University Press, 1963), p. 58. "Arrio y sus colegas fueron inmediatamente desterrados a Iliria y sus trabajos fueron quemados. Las repercusiones de trato dado a Arrio tuvieron un efecto profundo en la iglesia así como en Constantino por varias décadas. Justo cuando Constantino iba a perdonar a Arrio y a restituirlo en sus funciones dentro de la iglesia, Arrio falleció."

[18] Encyclopaedia Britannica (Enciclopedia Británica), 1968, "Concilio de Nicea"

[19] B. K. Kuiper, The Church in History (La Iglesia en la Historia) (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1951), p. 128.

[20] Bettenson dice que en el Concilio de Nicea:

Eusebio de Cesarea, el historiador, sugirió la adopción del credo de su propia iglesia...pero no trataba explícitamente la posición arriana...fue tomado como base, y presentado por el concilio de esta forma revisada:

El Credo de Nicea

"Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles.

Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos.

Y en el Espíritu Santo.

A quienes digan, pues, que hubo cuando el Hijo de Dios no existía, y que antes de ser engendrado no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra sustancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a éstos anatematiza la iglesia católica."

El Credo Niceno

Bettenson explica el Credo Niceno a continuación:

[Fue] encontrado en Epiphanius, Ancoratus, 118, c.a.D. 374, y extraído por estudiosos de las Lecciones Catequésicas de San Cirilo de Jerusalén, casi palabra por palabra; leído y aprobado en Calcedonia en el año 451 como el credo de ('los 318 padres que se reunieron en Nicea y aquél de) los 150 que se reunieron más tarde' (por ejemplo, en Constantinopla, en el año 381). De aquí que con frecuencia se le llame Credo Constantinopolitano o el Credo Niceno- Constantinopolitano, y muchos piensan que es una versión del credo de Jerusalén sostenido por Cirilo

Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles;
Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios,
Engendrado del Padre antes de todos los siglos,
Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero,
Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre;
Por el cual todas las cosas fueron hechas,
El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo,
Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre,
Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos,
Padeció, y fue sepultado;
Y al tercer día resucitó según las Escrituras,
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos;
Y su reino no tendrá fin.
Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo,
El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado;
Que habló por los profetas.
Y creo en una santa Iglesia Católica y Apostólica.
Confieso un Bautismo para remisión de pecados,
Y espero la resurrección de los muertos.
Y la vida del Siglo venidero. Amén.

NT: Las versiones al español del Credo de Nicea y el Credo Niceno fueron tomadas de las siguientes direcciones electrónicas: https://www.thirdmill.org/files/spanish/90480~1_16_01_5-12-49_PM~El_Credo_Niceno.html



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